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miércoles, 7 de diciembre de 2011

Mujer-Ave

Hoy voy a escribir un ave
Tendrá grandes alas de dulce y un pico de rosas
La veras posarse en tu mirada, en todas partes
Cada mañana y cada noche

Sera la que te arrulle y después por la que llores
Será a quien ames y después quien te devore
                                                                                                         
Hoy dios me dejo escribir con sus manos
Y escribí una figura perfecta moldeada en el aire:
caricia de madre, beso de amante. Y se la di al hombre.
Hace tiempo Dios me dijo que la mujer era un ave.


Autor: Armando Amador Rodriguez

domingo, 4 de diciembre de 2011

Desequilibrio amorobiental

Hay telarañas en las nubes,
eclipses cardiacos prolongados,
tormentas y dunas en la habitación,
un gato negro siguiendo mis pasos…
El cielo está a punto de romperse,
mis labios de vidrio están ilegibles.
me da la impresión de que me falta el aire
¿Será acaso que mis pulmones no existen?
Lo que si tengo es un pequeño corazón,
una especie de tejido raquítico falto de amor.
Hay santos reunidos espiando en la repisa;
murmurando sobre mi mala meteorología,
petrificados de risa sin ninguna razón;
seguro el San Antonio de cabeza ya se mareo.
Veo pronóstico de lluvia intensa en la mirada,
afuera en las nubes; seguro lloverán arañas.
Oigo tumultos en la azotea, lo confirman las noticias;
una emisora afirma que hay fuga de lágrimas;
seguro ya estoy llorando…
Reviso un calendario del año pasado,
y asegura que hoy no es domingo; es sábado…
¿En qué tiempo estoy viviendo?
¿Es de día o sólo está nublado?
¿Las estrellas ya no brillan, o la tierra ya no gira?
¿Qué demonios está pasando?
Tengo que aceptar que cuando no estás, todo es desequilibrio…
La cadena alimenticia se rompió, y hoy no comimos.
Si mañana tú vuelves,
                                        todo tendrá que volver a su sitio…

Autor: Armando Amador Rodriguez

sábado, 26 de noviembre de 2011

Defendiendo mis poemas; se les acusa de no ser… Yo sé que existen


Mis poemas son amorfos, les falta un ojo, digo que son míos pero no son; porque nacen solos, y se van como cualquier hijo a buscar su lugar en medio de un libro; de uno que todavía no existe. Me hago llamar poeta, pero si tú no quieres llamarme así, porque no tengo un título en filosofía que me acredite, no me llames así. Eso sí, puedo decirte que a mí, no me hizo poeta una escuela o un hombre me enseño a serlo, yo nací y crecí poeta… Balbuceaba y era poesía para los que me entendían; porque mi madre me amantaba con leche de letras -como la sopa-, porque mi padre me engendro después de leer las estrellas.

Desde entonces hago poemas, y si alguna vez llegas a leer alguno; a ellos si los respetas los llamaras como tal…

Esto podría ser poesía, yo digo que lo es ¿Por qué quien eres tú para decir lo que es y lo que no? Tus formas, tus medidas, alguien se las invento un día; como la moral y la religión. A quienes inventaron reglas ¿quién les dijo que así se hacía poesía? Hacer poesía es como hacer el amor. Que yo sepa no hay escuelas que te enseñen a hacer el amor; es instintivo, empírico… y perdonen mi vulgaridad, pero hasta en el momento del amor hay cambios de posición. ¿Por qué no cambiar la forma de un verso? Yo no lo digo por mí, lo digo por algunos que siguen la métrica, que cuentan las silabas, letra por letra, línea por línea; eso es poesía y no señores poetas; también son matemáticas básicas… Yo no cuento silabas, yo cuento cuentos, vidas.

No digo que sea correcto lo que hago y que me sigan, al contrario aléjense de mis poemas porque son homicidas. Y yo no quiero un rebaño correteando mi sombra. Sólo Yo y Ella, quien quiera que sea Yo, y quien quiera que sea Ella los y nos entendemos… Pero no los crítico-poetas, porque ellos siempre les y nos encontraran un defecto…

Sé que en algún lado siempre tendré una falta de ortografía; al hablar o escribir no hay diferencia conmigo. Repito mucho las conjunciones, la y, o, la o, y, la u, o, la e; la a. A veces las confundo con las vocales. El abecedario es muy extenso, pero puedo presumir que lo sé todo, y que la única letra que desconozco es la X cuando se trata de ecuaciones literarias; el resultado es una parábola extraña que ya esperaba, es un presagio. Y si hago presagios tal vez no soy poeta, soy profeta de lo que nunca ocurrió. Ya te habrás dado cuenta, que no distingo los tiempos, por eso lo que digo que hare, tal vez sea un recuerdo de lo que quise hacer.

Mi metáfora es tan simple que parece un enigma sorprendente, nunca busques un significado alternativo, mi metáfora es literal y a veces no tiene rima o ritmo. Aprendo palabras extrañas al momento de escribir, como aquella que repito mucho: “Mujer” verdad que tengo razón, es una palabra tan extraña que todos quieren lucirse con ella. Hablando de palabras me doy cuenta, que todas las palabras las repito, que mis poemas siempre son los mismos. El de ayer es el de hoy, el de hoy será el de mañana, y el de mañana es el que escribí en mí infancia.

Quien diga que Yo no soy poeta y que no hago poemas, que arroje la primera letra… Pero en su propia hoja, porque está ya se encuentra llena.


Autor: Armando Amador Rodriguez

viernes, 20 de mayo de 2011

Yo (platicando conmigo)

Convoco a una reunión conmigo y con todos mis “yo”
una asamblea en la que hablemos del destino;
decidamos todos y al fin decida por mí mismo.
¿Qué vamos a hacer con tanto homicidio?
¿con tanta mujer colgada en la soga del olvido?
– Propongo que dejes de dormir – me digo yo mismo.
– Ya no eres un bebe ¡despierta! te hace falta ejercicio –
Me rasco el ombligo ¿cuál era la pregunta? y me digo:
digo que tiene razón…
¿Qué vamos a hacer con el teléfono? ¡hace mucho ruido!
¿qué vamos a hacer con el fuego? ¡ya no hace tanto frio!
– Quizás apagarlos ¡deja esto ya, ya estas grandecito!
si quieres hablar con ella, ¿por qué no lo haces en vivo? –
Quizás tengan razón…
¿Qué hago con estas cartas, a dónde las dirijo?
¿con poemas pensados a medias y media hora de ocio?
– Quizás ocuparlos, plasmarlos, ¿yo que sé? si soy tu mismo –
Dije desde atrás y no me ayude nada, sigo confundido.
¿Entonces para que escribo? –  Si no tienes hojas de papel,
nada que escribir; mejor ponte a leer un libro –
Me están convenciendo, tienen razón…
¿Qué vamos a hacer con el cielo? esta tan sereno, aburrido
¿con las puertas rotas del infierno y los demonios fugitivos?
– Pronto habrá de llover, se nublara; ese no es punto a tratar –
Soy tan indiferente con el mundo; por eso no tengo amigos.
– Y ¿yo qué?  – pregunto en medio de todos y dando brincos
– Aunque venga de vez en cuando, me acuerdo de ti a diario –
¡Porque tú eres yo!, respondo; pero tengo razón…
Digo... ¿Y para concluir?

– ¿Qué hacemos con la mujer encerrada con nosotros?
¿con la duda de quién es su dueño? ¡está armando un alboroto! –
A ella no la toquen, no la vean, por eso duermen conmigo
– Me gustaba más la que ahorcamos ayer, me sentía más atraído –
Se fue por tu culpa, murmure, siempre te gustan más las de ayer
– Tienes razón, tienes razón… –
¿Quizás ella sea algo bueno? buena gente o algo parecido
– ¿Quizás? Ella es la mujer que te está enloqueciendo;
por eso estas platicando de ti y de ti mismo, y conmigo –
¿Cuál de todos mis “yo” es el real? eso mañana y a solas lo decido
– ¡No, ahora! – suplica un “yo” que no había visto, uno desconocido.
Ponen de pretexto que mañana tendrán que trabajar.
Me acusan de ser un mal líder; que cuando tienen que salir,
siempre me equivoco,  y que a veces no les doy permiso.
Cuando tengo que llorar; me rio.
Cuando tengo que leer; escribo.
Cuando tengo que pensar en ellos y en mí;
estoy durmiendo contigo.
Bueno; por lo menos aun no estoy loco…
¿O quizás tengan razón?
¡Por eso estoy platicando conmigo!

Autor: Armando Amador Rodriguez

Este poema fue creado el 27 de octubre del 2010, a partir de este, surgió una serie de escritos llamada "Yo platicando con el mundo"; la serie se compone 5 poemas y un preámbulo.

martes, 19 de abril de 2011

Reino animal I

Reino animal

I

Los hombres aun tienen instintos
y conservan sus costumbres animales,
como aquella, la de dormir a solas;
solo por no cuidarse de algo o alguien.
Si los mismos animales se amontonan,
sin ver especies en tiempos de frio.
¿Por qué el hombre se arrincona?
debería dejar que se lo traguen…

Los hombres aun tienen necesidades,
(tienen ganas y tienen hambre)
conservan sus costumbres tan perversas,
como aquella, la de amar a solas;
por miedo a quedarse enraizado.
Si hasta las plantas se aman una a otra,
se enredan entre si, se besan hoja a hoja.
¿Por qué el hombre se ama entre las sombras?
habiendo tanto amor a la intemperie…

Pero asi es el hombre, siempre teme…

Cuando es niño teme a la oscuridad;
duerme con la puerta abierta y una lámpara de estrella.
Cuando es joven teme a estancarse;
que no respondan sus piernas y se quede en el mismo lugar
¡siempre!… y siempre está buscando amor eterno;
cuando lo encuentra, le teme, así que lo vuelve a buscar.
Cuando es viejo, teme de la muerte;
es cuando suplica compañía, amor y vivir eternamente.

En fin, así es el hombre, va de mal en mal…

Autor: Armando Amador Rodriguez

Este es el primero, de hasta ahora 8 poemas que forman “reino animal”, realizado el 15 de noviembre.

viernes, 25 de marzo de 2011

Desorden de personalidad 23/03/2011

Hoy no hay nadie en la casa,
el poeta se fue de vacaciones,
el amante esta de abstinencias,
el gato se comió a los ratones
y la musa, otra vez muerta.
La tormenta ya termino;
pero el arcoíris todavía no llega.
El periquito amarillo se huyó,
¿quién dejo la jaula abierta?
Se intensifica este silencio de panteón
y ni vivos, ni muertos contestan…
Hoy no hay visitas discretas,
ni encuentros por coincidencia,
ni miradas cargadas de sugerencias;
el amante se puso su máscara violenta
y por eso, la musa camina sin cabeza.
El estudiante se quedó en la escuela;
porque sigue buscando respuestas.
Al cantante le duele la garganta
y al futbolista la rodilla izquierda.
El tipo que va a la iglesia
ya no quiere poner la otra mejilla;
porque cuando suplica al cielo,
Dios sólo ofrece indiferencia.
Mientras tanto, el mundo sigue en cama
y seguirá siempre con sus convalecencias…

Hoy no hay nadie aquí, ninguna de mis facetas…

Autor: Armando Amador Rodriguez

jueves, 24 de marzo de 2011

Las cosas que no me pasan(Nada que contar)



Te cuento que no encuentro mi cabeza, que no está donde la puse, que en la mesa solo hay un trozo de pan ¿y el otro? no se a donde lo pusiste…
Te cuento que es mejor que no estés, que alguien está ocupando tu lugar, que debería ahogarme y olvidar que no tengo nada que contar…
Pero si me lo permites, puedo decirte que hay goteras en el techo, que no sé de dónde diablos sale el agua, sino es temporada de huracanes; entonces tal vez sea que lloran ángeles arriba de mi casa…
También puedo decirte que estoy harto del perro del vecino, que se la pasa ladrando todo el día y toda la noche, que entre mis pesadillas además de que caíste de la cama, también caíste en el olvido…
Pero eso no es nada cuando miro las noticias, mis problemas son juegos comparados con el mundo, mis tristezas son vanas y la planta en el pasillo carece de semilla, cada vez que reviso mi bolsillo; no descubro nada solo que siempre esta vacio…
Pero eso no es todo cuando miro en el buzón, mis cartas nunca salen por falta de estampilla, tu respuesta no ha llegado por falta de mis cartas y la mujer que no sé cómo se llama y que duerme hoy en la casa; se marcha por falta de atención…
Que descuido el mío, dejar que me dejaran solo, pensar en ti, cuando debía pensar en ella, perder mi cabeza por no acordarme de las cosas, quedarme sin comer; por olvidar comprar despensa…
Que te cuento, mi vida es aburrida, es como observar peces en un maldito acuario, es como ver dos veces una mala película, así de cotidiano; y es que a pesar de lo que piense no he cambiado, quizás cambia el agua en la pecera, pero el pez que vive en ella nunca come la carnada, nunca muerde el anzuelo de la caña, al final de cuentas no quiero aburrirte; hoy para contar no tengo nada…

Autor: Armando Amador Rodriguez