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domingo, 8 de enero de 2012

Pilotos

No sabía exactamente cuánto tiempo paso dormido, pero concluyó que fueron días, porque las flores de su habitación ya estaban marchitas. Seguro se las había llevado su madre, ella era la única que hablaba con él, además del tipo que le vendía las bachitas o los lineazos. Por supuesto era su madre, ella era la única persona que le soportaba todo. Pensó que aún tenía una gran capacidad de deducción, que era una mentira que las drogas atrofian el cerebro; se estaba demostrando que era un geniecillo. Cuando reacciono completamente, ahí estaba su madre, plantada frente a la cama, seguro se había pasado varias noches en vela esperando su despertar en la sala de espera, porque tenía el rostro pálido y por supuesto; lloraba…
—Fue sobredosis —dijo el médico.
—Trombosis, turbulencia madre ¡pero estoy vivo! Logre un aterrizaje forzoso.
Pilotos
Pierden el control
La turbulencia los atrapa en sus espirales
Ensucia su magistral vuelo
Si parpadean disparan cientos de imágenes
Ningún aleteo lleva dirección, ningún pataleo
Están a un “toque”
de rozar las nubes.
Afirman que entre la nublazón
Hay quienes pueden distinguir a Dios
Que Él es quien avienta esporas de amapola
La que adorna, los campos de los hombres
Ellos sólo huelen la flor,
Beben su néctar de sangre,
Aspiran su polen de ángel
Y se dejan llevar por el aire…
Autor: Armando Amador Rodriguez

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